martes, 31 de marzo de 2020

Información Importante Nivel Inicial

Estimadas de Jardín de Infantes:

Esperamos que se encuentren bien, les informamos que la entrega de caja de alimentos se realizara el día Viernes 3 de Abril, a las 12hs para Turno mañana y Turno Tarde.



Información Importante


¿Les Gusta el Ajedrez?

 Nos llegó esta Invitación del Blog Escolar de Ajedrez de la Cuidad, y nos parece que es una buena oportunidad para que quienes ya conocen este juego de estrategia, afinen sus habilidades y para quienes quiere comenzar a entenderlo….
Entrado a este enlace: 

Encontrarán toda la  información necesaria para participar…

Conducción de la Escuela 26

Un Abrazo



POEMAS

Aquí les comparto unos poemas para que vayamos leyendo y practicando. Saludos 




RECITADORES DE SEGUNDO GRADO




Hola a todos aquí les comparto una un vídeo para comenzar con el proyecto de recitadores donde trabajaremos poemas. Aquí subo uno espero que lo disfruten les comparto el link para que puedan ver y escuchar la canción. saludos nos vemos pronto 

lunes, 30 de marzo de 2020

RECREO

BIBLIOTECA

LOS INVITAMOS A LEER ESTE CUENTO 

"EL ESCUDO PROTECTOR CONTRA EL REY VIRUS"




















QUE LO DISFRUTEN

Información Importante


Queridas familias:

La entrega de los bolsones con alimentos se realizará el día VIERNES 3 DE ABRIL, de la siguiente manera:

12 hs: 1º y 2º grados

13 hs: 4º y 5º grados

14 hs: 3º grado

15 hs: 6º y 7º grados

Los seguiremos informando. Gracias.

                                    La Vicedirección
Escuela 26 DE 5º
Pichincha 1873


Información Importante


Queridas familias:
Esperamos que se encuentren bien y que puedan llevar esta difícil situación de la mejor manera posible.
Queremos recordarles la importancia de respetar las medidas de prevención necesarias para cuidarnos entre todos y también, informarles que ya no se NO se entregarán viandas.
Se entregará un bolsón de 10 kg de alimentos, a todos los alumnos becados, CON FECHA A CONFIRMAR.
Los adultos que retiren los bolsones, deberán presentar su DNI y el DNI del niño o niños (uno por familia).
La entrega de los bolsones se realizará cada 15 días.
Les haremos llegar más información a la brevedad, por este blog.
Cuídense mucho. Respeten el aislamiento preventivo y realicen el lavado frecuente de manos, tal como lo recomiendan las autoridades sanitarias.
Juntos, vamos a poder salir adelante.

                                    La Vicedirección
Escuela 26 DE 5º
Pichincha 1873

domingo, 29 de marzo de 2020

Plástica

Hola, les saluda la Profesora Natalia.

En estos días que vamos a estar en casa, podemos seguir aprendiendo y descubriendo cosas asombrosas, Eso si le damos rienda a nuestra creatividad... y junto a la familia podemos atrevernos a crear... 

Les voy a dejar por acá algunas propuestas 

El Retrato de San Martín


La idea es que observen el video, y luego puedan realizar ustedes un retrato, puede retratar a un integrante de la familia, poniendo atención a cada uno de sus gestos  y caracteristicas físicas, como tambien a emociones que pueden reflejarse en el dibujo. Ej: alegría, asombro   tristeza, enojo...etc. Si realiazas varios retratos podrás observar la diversidad. Por ultimo y mirándote  al espejo haz tu propio retrato ( autorretrato) Disfrutalo! podés  retratar a tu mascota si querés.

https://youtu.be/sVMav6Tj15M


Recorrer la historia de la pintura Latinoamericana

Acompaña a Zamba en un sorprendente Recorrido.

https://www.youtube.com/watch?v=hwT9udhOLXQ&feature=youtu.be


Por Ultimo Vamos a Crear Con masa elástica Construyamos un pez miren el vídeo y descubran lo fácil que es 

https://www.youtube.com/watch?v=ai9o6Se2QEA&feature=youtu.be


Suerte y a Divertirse...

sábado, 28 de marzo de 2020

DESAFÍOS EN FAMILIA

HOLA FAMILIAS, LOS INVITO A JUGAR CON LOS SIGUIENTES DESAFÍOS  ADIVINAR  ESTAS ADIVINANZAS Y REPETIR LOS SIGUIENTES  TRABALENGUAS. SUERTE.
 BUEN FIN DE SEMANA  

viernes, 27 de marzo de 2020

Actividades De Ingles

Hello....
Les saluda su profesor, Alejandro.

Les voy dejar por acá varios enlaces para junto con sus familias realicen las actividades.

Actividades para 1er y 2do Grado


https://elt.oup.com/student/newtreetops/level1/games/


https://elt.oup.com/student/newtreetops/level2/games/


https://elt.oup.com/student/newtreetops/level2/activity

A seguir aprendiendo y a divertirse....

jueves, 26 de marzo de 2020

RECREO

BIBLIOTECA

Queremos dejarles un espacio donde puedan entretenerse en estos días que estamos en casa y donde puedan utilizar la creatividad y la imaginación, ambas tan necesarias a la hora de hacer algunas actividades escolares.

colorear simpáticos dibujos de monstruos que abren la boca






Los niños adorarán estos dibujos de Big Mouth Monster. Puedes imprimir cada uno de los diseños disponibles y dejar que ellos coloreen. Luego, al doblar las líneas harán que los monstruos abran y cierren la boca.

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El origami es una actividad que pueden practicar tanto adultos como niños en casa







Las ranas saltarinas son una de las figuritas que se pueden crear con origami. El origami es una actividad de origen japonés de la que disfrutan tanto niños como adultos. Para crear estas divertidas ranas, puedes seguir un tutorial paso a paso. Los niños se divertirán muchísimo al hacerlas saltar.

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La pintura de dedos es una de nuestras actividades favoritas




El fingerprint se basa en mancharse los dedos con pintura acrílica y convertir las huellas que quedan sobre el papel en animales, personas y todo tipo de diseños. Pintar con los dedos es una manualidad muy divertida y estimulante, pero… ¡Ten cuidado con las paredes y el suelo!

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Aprende a crear increíbles dibujos de sal junto a los niños





Con una cartulina, acuarelas, cola blanca, un pincel, agua y una plantilla con forma de copo de nieve (salvo que tengas suficiente talento como para no necesitar plantilla) podréis crear un cuadro de lo más fresco, nunca mejor dicho. Los niños se lo pasarán genial en casa dibujando con sal y viendo cómo la pintura tiñe los cristales de este mineral. Afortunadamente, tenéis un tutorial muy completo que podréis seguir.

Actividades para Tercer Grado

SEGUIMOS CON CUENTOS TRADICIONALES










En esta oportunidad  "Hansel y Gretel"

Lectura en familia: les dejo dos link para poder visualizar el cuento de “Hansel y Gretel”   
    

Link para acceder a la actividad:
https://drive.google.com/file/d/1dl2O3HCGeqCls1m-65VrtWyZ0J0LamD7/view?usp=sharing

Actividades para Tercer Grado

Conocimiento Del Mundo 24 de Marzo

Estimadas familias:
Cómo es de público conocimiento,  en estos momentos por los que estamos atravesando debido a la suspensión de las clases, a través de la utilización de medios digitales  se le acercan a ustedes propuestas pedagógicas para continuar con el proceso de aprendizaje de sus niñas y niños. Les pido colaboración para la realización de las mismas
Muchas gracias!!!!!
Hagan clic en el siguiente enlace para acceder al material completo.


https://drive.google.com/open?id=1ZAmgA9n78AmsrMfmhJIrZAjmGT7uRIAo

lunes, 23 de marzo de 2020

Día de la memoria por la verdad y la justicia

BIBLIOTECA


24 de marzo: Día de la memoria por la verdad y la justicia


El Día Nacional de la Memoria por la Verdad y la Justicia es el día en el que se conmemora en Argentina a las víctimas de la última dictadura militar, autodenominada «Proceso de Reorganización Nacional», que usurpó el gobierno del Estado nacional argentino entre el 24 de marzo de 1976 y el 10 de diciembre de 1983.
El objetivo es construir colectivamente una jornada de reflexión y análisis crítico de la historia reciente.
La fecha fue establecida en el año 2002 por Ley de la Nación N° 25.633, cuyo artículo 1º establece: “Institúyase el 24 de marzo como Día Nacional de la Memoria por la Verdad y la Justicia en conmemoración de quienes resultaron víctimas del proceso iniciado en esa fecha del año 1976.



ACA LES DEJAMOS MATERIAL AUDIOVISUAL Y DE LECTURA 





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Propuesta: Armado de pañuelos blancos




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Cuento: LA NOCHE DEL ELEFANTE, de Gustavo Roldán




El circo llegó al pueblo, y con el circo llegó el elefante.

—¡Estoy podrido! —fue lo único que se le oyó decir cuando bajó del tren.

El elefante había viajado con el circo por París, Londres, Moscú, Buenos Aires, siempre por las más grandes ciudades del mundo, y ahora, cruzando el Chaco, había llegado a Saenz Peña, que seguramente también era una de las grandes ciudades del mundo.

Ahí fue donde dijo:

—¡Estoy podrido!

Y no habló más. Los otros animales lo miraron sorprendidos, porque no estaban acostumbrados a que anduviera protestando. Al contrario, tenía fama casi de demasiado manso.

La rutina siguió. Levantaron la carpa, acomodaron las jaulas de las fieras, y prepararon un desfile por las calles para que a todo el pueblo le diera ganas de ir a ver las maravillas del circo más hermoso.

Todo marchaba sobre ruedas. O por lo menos parecía. Nadie se había dado cuenta de que el elefante andaba más trompudo que de costumbre. Nadie sabía que mientras el tren iba recorriendo los caminos del Chaco el elefante se había puesto a oler.

Fue un olor que le llegó de golpe, mientras descansaba tranquilamente en su jaula junto con abundante pasto y agua limpia, y fue como si la tierra se hubiera dado vuelta. Sintió apenas una especie de cosquilla que le hormigueaba desde la trompa hasta la punta de la cola, y de pronto supo de qué se trataba. Era el olor de los árboles, era el olor de un río, era el olor de la selva. Miró por entre los barrotes de su jaula y vio miles de pájaros que volaban y se posaban en los árboles, y miró los árboles.


No eran los mismos que conociera, pero eran árboles. Tampoco los pájaros eran los mismos, pero eran pájaros.

De un lugar así lo habían sacado los cazadores hacía muchos años, tantos, que ya ni sabía que se acordaba. Pero ahora de golpe, se le vino encima toda la memoria.

Y entonces se acordó de los grandes espacios por donde correteaba con la manada, se acordó del calor y de las noches inmensas cuando toda la tierra era de los elefantes. Se acordó de las grandes caminatas para buscar agua y comida y de las peleas con el tigre.

Y se acordó del miedo.

Era un elefante joven, con colmillos que comenzaban a crecer con fuerza, cuando conoció el miedo. Fue cuando llegaron los cazadores. Hasta entonces creía ser un animal más fuerte, un animal que podía matar al león con su trompa poderosa y sus colmillos. Un animal que ya había enfrentado al tigre de suaves manchas y lo había visto huir.

—¡Qué pequeños son! —pensó cuando vio a los cazadores.

Pero no sabía que tenían dardos con venenos para hacer dormir a un elefante, y que tenían jaulas de hierro capaces de aguantar toda la fuerza y el peso de su cuerpo.

Después pasó a otras manos que lo cuidaron mucho mejor. Nunca le faltó agua ni comida, pero siempre con una gruesa cadena atada a la pata. Le enseñaron pruebas y lo premiaron cada vez que aprendía a repetirlas. Y cada vez que aprendía también iba aprendiendo que ahora debía vivir con los hombres.

Entonces lo llevaron al circo con otros animales y con otros elefantes. Durante muchos años siguió aprendiendo y olvidando, hasta que un día casi estuvo convencido de haber nacido en el circo y de que ése era el mundo de los elefantes.

Ya no tenía la gruesa cadena atada a la pata. Pero había otra cadena, invisible, que lo dejaba atado al lado de los hombres. Y tal vez era más difícil de romper que una cadena de hierro.

Recorrió grandes ciudades, y ahora, al sentir el olor de los árboles, del bosque, al ver volar tantos pájaros, fue como un golpe, casi como el pequeño golpe que sintiera cuando un dardo se le clavó una tarde lejana porque no huyó de los cazadores. No estaba dispuesto a escapar de esos seres tan débiles.

Fue así, como un pequeño golpe. Y se le vino encima toda la memoria.

Esa noche, cansados, todos en el circo se durmieron temprano. Pero el elefante no. Despertó a la elefanta y le contó sus planes.

Ella dijo primero que no, que estaba loco, que qué iban a hacer en un mundo desconocido, que aquí nunca les faltaba comida, que todas las noches los aplaudían a rabiar, que quién sabe lo que les esperaba afuera de la carpa...

—Claro que quiero irme. Y ya mismo —dijo finalmente la elefanta.

—¿Qué vamos a hacer? —dudó ahora el elefante.

—No sé. Pero si allá afuera hay árboles y hay un río y hay una selva, ése es nuestro lugar.

—¡Aquí estamos seguros!

—Pero no tenemos aire libre.

—¿Entonces querés irte?

—Elefante, ¿qué estás pensando? Este es el mejor momento para salir de aquí. Después veremos —dijo convencida la elefanta.

Y se fueron...

Caminaron sin hacer ruido, y se alejaron lentamente del circo. Siguieron por las calles dormidas de la ciudad y sin mirar atrás llegaron a los primeros árboles. Arrancaron con la trompa un manojo de hojas frescas y sintieron que eso se parecía a la felicidad.

—Ahora podemos descansar un rato —dijo la elefanta.

—No, todavía no —dijo el elefante—. Mañana van a salir a buscarnos.

—¿Nos encontrarán?

—Si nos alejamos mucho, no. tenemos que meternos en el monte, lejos de los caminos. Nos van a buscar por los caminos.

Y se internaron en el monte, y caminaron sin descansar, abriéndose paso entre la maleza. Días y noches caminaron, encontrando cada vez más árboles y árboles cada vez más grandes.

Y encontraron espacios abiertos para correr y largas noches bajo las estrellas. Descubrieron el canto de los pájaros y el sonido del viento. Vieron volar las bandadas de garzas blancas y se quedaron quietos escuchando el griterío de las cotorras. Probaron distintos pastos y las hojas de distintos árboles, y fueron descubriendo sabores dulces y amargos y fueron eligiendo porque tenían para elegir.

En la laguna vieron rastros de toda clase de animales y jugaron echándose agua con la trompa. Y sintieron el calor del sol y la frescura de la sombra. Caminaron. Y cada noche sentían que estaban un poco más cerca.

Y vino un olor a tierra mojada y los elefantes se quedaron inmóviles, recordando. Sabían que ahora vendría una de las cosas más hermosas. Llegaría la lluvia. Esperaron la lluvia. Esperaron la lluvia con las trompas levantadas, lanzando el enorme grito de los elefantes. El agua comenzó a caer y sentían que los lavaba y refrescaba, que les sacaba el recuerdo de las jaulas y de las cadenas y gritaron de nuevo. Hasta cansarse de gritar. Hasta que se acabó la lluvia. Eran nuevos elefantes.

Cada vez que escuchaban algún ruido se quedaban quietos. Sentían demasiado el olor de los hombres todavía. Tenían que llegar más lejos.

¿Dónde quedaba ese lugar más lejos?

Siguieron caminando.

Nadie sabe si fue el instinto y la inteligencia de los elefantes, o si fue simplemente el azar. Pero lo cierto es que se encaminaron hacia un lugar de monte impenetrable lejos de las ciudades y del hombre.

Y ahí se quedaron, en el monte chaqueño. Nadie volvió a verlos nunca. Nunca intentaron volver.




FIN ✿◕‿◕✿

Del libro: "La noche del elefante". Ediciones Colihue. Colección Libros del malabarista.




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             El Pueblo que no Quería Ser Gris




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Antonio Skármeta, La composición, 1998.

El día de su cumpleaños a Pedro le regalaron una pelota. Pedro protestó porque
quería una de cuero blanco con parches negros como las que pateaban los
futbolistas profesionales. En cambio, ésta de plástico le parecía demasiado ligera.
—Uno quiere meter un gol de cabecita y la pelota sale volando. Parece pájaro por
lo liviana.
—Mejor –le dijo el papá–, así no te aturdes la cabeza.
Y le hizo un gesto con los dedos para que callara porque quería oír la radio. En el
último mes, desde que las calles se llenaron de militares, Pedro había notado que
todas las loches el papá se sentaba en su sillón preferido, levantaba la antena del
aparato verde y oía con atención noticias que llegaban desde muy lejos. A veces
venían amigos que se tendían en el suelo, fumaban como chimeneas y ponían las
orejas cerca del receptor.
Pedro le preguntó a su mamá:
—¿Por qué siempre oyen esa radio llena de ruidos?
—Porque es interesante lo que dice.
—¿Qué dice?
—Cosas sobre nosotros, sobre nuestro país.
—¿Qué cosas?
—Cosas que pasan.
—¿Y por qué se oye tan mal?
—La voz viene de muy lejos.
Y Pedro se asomaba soñoliento a la ventana tratando de adivinar por cuál de los
cerros lejanos se filtraría la voz de la radio.
En octubre, Pedro fue la estrella de los partidos de fútbol del barrio. Jugaba en una
calle de grandes árboles y correr bajo su sombra era casi tan delicioso como nada en
el río en verano. Pedro sentía que las hojas susurrantes eran un estadio techado que
lo ovacionaba cuando recibía un pase preciso de Daniel, el hijo del almacenero, se
filtraba como Pelé entre los grandotes de la defensa y chuteaba directo al arco para
meter el gol.
—¡Gol –gritaba Pedro y corría a abrazar a todos los de su equipo que lo levantaban
por los aires porque, a pesar de que Pedro ya tenía nueve años, era pequeño y
liviano.
Por eso todos lo llamaban “chico”.
—¿Por qué eres tan chiquito? –le decían a veces para fastidiarlo.
—Porque mi papá es chiquito y mi mamá es chiquita.

Antonio Skármeta

2

—Y seguramente también tu abuelo y tu abuela porque eres requetechiquito.
—Soy bajo, pero inteligente y rápido; en cambio tú, lo único que tienes rápido es la
lengua.
Un día, Pedro inició un veloz avance por el flanco izquierdo donde habría estado el
banderín del corner si ésa fuera una cancha de verdad y no la calle entierrada del
barrio. Llegó frente a Daniel que estaba de arquero, simuló con la cintura que
avanzaba, pisó el balón hasta dormirlo en sus pies, lo levantó sobre el cuerpo de
Daniel que se había lanzado antes y suavemente lo hizo rodar entre las dos piedras
que marcaban el arco.
—Gol! –gritó Pedro y corrió hacia el centro de la cancha esperando el abrazo de sus
compañeros. Pero esta vez nadie se movió. Estaban todos clavados mirando hacia el
almacén.
Algunas ventanas se abrieron. Se asomó gente con los ojos pendientes de la
esquina. Otras puertas, sin embargo, se cerraron de golpe. Entonces Pedro vio que
al padre de Daniel se lo llevaban dos hombres, arrastrándolo, mientras un piquete
de soldados lo apuntaba con metralletas. Cuando Daniel quiso acercársele, uno de
los hombres lo contuvo poniéndole la mano en el pecho.
—Tranquilo -le dijo.
Don Daniel miró a su hijo:
—Cuídame bien el negocio.
Cuando los hombres lo empujaban hacia el jeep, quiso llevarse una mano al
bolsillo, y de inmediato un soldado levantó su metralleta:
—¡Cuidado!
Don Daniel dijo:
—Quería entregarle las llaves al niño.
Uno de los hombres le agarró el brazo:
—Yo lo hago.
Palpó los pantalones del detenido y allí donde se produjo un ruido metálico,
introdujo a mano y sacó las llaves. Daniel las recogió en el aire. El jeep partió y las
madres se precipitaron a la calle, agarraron a sus hijos del cuello y los metieron en
sus casas. Pedro se quedó cerca de Daniel en medio de la polvareda que levantó el
jeep al partir.
—¿Por qué se lo llevaron?
—Daniel hundió las manos en los bolsillos y apretó las llaves.
—Mi papá está contra la dictadura.
Pedro ya había escuchado eso de “contra la dictadura”. Lo decía la radio por las
noches, muchas veces. Pero no sabía muy bien qué quería decir.
—¿Qué significa eso?

La composición

3

—Daniel miró la calle vacía y le dijo como en secreto:
—Que quieren que el país sea libre. Que se vayan los militares del gobierno.
—¿Y por eso se los llevan presos? –preguntó Pedro.
—Yo creo.
—¿Qué vas a hacer?
—No sé.
Un vecino se acercó a Daniel y le pasó la mano por el pelo.
—Te ayudo a cerrar –le dijo.
Pedro se alejó pateando la pelota y como no había nadie en la calle con quien jugar,
corrió hasta la otra esquina a esperar el autobús que traería a su padre de regreso del
trabajo.
Cuando llegó, Pedro lo abrazó y el papá se inclinó para darle un beso.
—¿No ha vuelto aún tu mamá?
—No –dijo Pedro.
—¿Jugaste mucho?
—Un poco.
Sintió la mano de su papá que le tomaba la cabeza y la estrechaba con una caricia
sobre la camisa.
—Vinieron unos soldados y se llevaron preso al papá de Daniel.
—Ya lo sé –dijo el padre.
—¿Cómo lo sabes?
—Me avisaron por teléfono.
—Daniel se quedó de dueño del almacén. A lo mejor ahora me regala caramelos
–dijo Pedro.
—No creo.
—Se lo llevaron en un jeep como esos que salen en la películas.
El padre no dijo nada. Respiró hondo y se quedó mirando con tristeza la calle. A
pesar de que era de día, sólo la atravesaban los hombres que volvían lentos de sus
trabajos.
—¿Tú crees que saldrá en la televisión? –preguntó Pedro.
—¿Qué? –preguntó el padre.
—Don Daniel.
—No.

Antonio Skármeta

4

Esa noche se sentaron los tres a cenar, y aunque nadie le ordenó que se callara,
Pedro no abrió la boca. Sus papas comían sin hablar. De pronto, la madre comenzó
a llorar, sin ruido.
—¿Por qué está llorando mi mamá?
El papá se fijó primero en Pedro y luego en ella y no contestó. La mamá dijo:
—No estoy llorando.
—¿Alguien te hizo algo? –preguntó Pedro.
—No –dijo ella.
Terminaron de cenar en silencio y Pedro fue a ponerse su pijama. Cuando volvió a
la sala, sus papás estaban abrazados en el sillón con el oído muy cerca de la radio,
que emitía sonidos extraños, más confusos ahora por el poco volumen. Casi
adivinando que su papá se llevaría un dedo a la boca para que se callara, Pedro
preguntó rápido:
—Papá, ¿tú estás contra la dictadura?
El hombre miró a su hijo, luego a su mujer, y en seguida ambos lo miraron a él.
Después bajó y subió lentamente la cabeza, asintiendo.
—¿También te van a llevar preso?
—No –dijo el padre.
—¿Cómo lo sabes?
—Tú me traes buena suerte, chico –sonrió.
Pedro se apoyó en el marco de la puerta, feliz de que no lo mandaran a acostarse
como otras veces. Prestó atención a la radio tratando de entender. Cuando la radio
dijo: “la dictadura militar”, Pedro sintió que todas las cosas que andaban sueltas en
su cabeza se juntaban como un rompecabezas.
—Papá –preguntó entonces–, ¿yo también estoy contra la dictadura?
El padre miró a su mujer como si la respuesta a esa pregunta estuviera escrita en los
ojos de ella. La mamá se rascó la mejilla con una cara divertida, y dijo:
—No se puede decir.
—¿Por qué no?
—Los niños no están en contra de nada. Los niños son simplemente niños. Los
niños de tu edad tienen que ir a la escuela, estudiar mucho, jugar y ser cariñosos
con sus padres.
Cada vez que a Pedro le decían estas frases largas, se quedaba en silencio. Pero esta
vez, con los ojos fijos en la radio, respondió:
—Bueno, pero si el papá de Daniel está preso, Daniel no va a poder ir más a la
escuela.
—Acuéstate, chico –dijo el papá.

La composición

5

Al día siguiente, Pedro se comió dos panes con mermelada, se lavó la cara y se fue
corre que te vuela a la escuela para que no le anotaran un nuevo atraso. En el
camino, descubrió una cometa azul enredada en las ramas de un árbol, pero por más
que saltó y saltó no hubo caso.
Todavía no terminaba de sonar ding-dong la campana, cuando la maestra entró,
muy tiesa, acompañada por un señor con uniforme militar, una medalla en el pecho,
bigotes grises y unos anteojos más negros que mugre en la rodilla.
La maestra dijo:
—De pie, niños, y bien derechitos.
Los niños se levantaron. El militar sonreía con sus bigotes de cepillo de dientes
bajo los lentes negros.
—Buenos días, amiguitos –dijo–. Yo soy el capitán Romo y vengo de parte del
Gobierno, es decir, del general Perdomo, para invitar a todos los niños de todos los
grados de esta escuela a escribir una composición. El que escriba la más linda de
todas recibirá, de la propia mano del general Perdomo, una medalla de oro y una
cinta como ésta con los colores de la bandera. Y por supuesto, será el abanderado
en el desfile de la Semana de la Patria.
Puso las manos tras la espalda, se abrió de piernas con un salto y enderezó el cuello
levantando un poco la barbilla.
—¡Atención! ¡Sentarse!
Los muchachos obedecieron.
—Bien –dijo el militar–. Saquen sus cuadernos... ¿Listos los cuadernos? ¡Bien!
Saquen lápiz... ¿Listos los lápices? ¡Anotar! Título de la composición: “Lo que
hace mi familia por las noches”... ¿Comprendido? Es decir, lo que hacen ustedes y
sus padres desde que llegan de la escuela y del trabajo. Los amigos que vienen. Lo
que conversan. Lo que comentan cuando ven la televisión. Cualquier cosa que a
ustedes se les ocurra libremente con toda libertad. ¿Ya? Uno, dos, tres:
¡comenzamos!
—¿Se puede borrar, señor? –preguntó un niño.
—Sí –dijo el capitán.
—¿Se puede hacer con bolígrafo?
—Sí, joven. ¡Cómo no!
—¿Se puede hacer en hojas cuadriculadas, señor?
—Perfectamente.
—¿Cuánto hay que escribir, señor?
—Dos o tres páginas.
—¿Dos o tres páginas? –protestaron los niños.
—Bueno –corrigió el militar–, que sean una o dos. ¡A trabajar!

Antonio Skármeta

6

Los niños se metieron el lápiz entre los dientes y comenzaron a mirar el techo a ver
si por un agujero caía volando sobre ellos el pajarito de la inspiración.
Pedro estuvo mordiendo el lápiz, pero no le sacó ni una palabra. Se rascó el agujero
de la nariz y pegó debajo del escritorio un moquita que le salió por casualidad.
Juan, en el pupitre de al lado, estaba comiéndose las uñas, una por una.
—¿Te las comes? –preguntó Pedro.
—¿Qué? –dijo Juan.
—Las uñas.
—No. Me las corto con los dientes y después las escupo. ¡Así! ¿Ves?
E1 capitán se acercó por el pasillo y Pedro pudo ver cerca la dura hebilla dorada de
su cinturón.
—¿Y ustedes, no trabajan?
—¿Y tú? Sí, señor –dijo Juan, y a toda velocidad arrugó las cejas, sacó la lengua
entre los dientes y puso una gran “A” para comenzar la composición. Cuando el
capitán se fue hacia el pizarrón y se puso a hablar con la maestra, Pedro le espió la
hoja a Juan y preguntó:
—¿Qué vas a poner?
—Cualquier cosa. ¿Y tú?
—No sé –dijo Pedro.
—¿Qué hicieron tus papás ayer? –preguntó Juan.
—Lo mismo de siempre. Llegaron, comieron, oyeron la radio y se acostaron.
—Igualito mi mamá.
—Mi mamá se puso a llorar de repente –dijo Pedro.
—Las mujeres se la pasan llorando.
—Yo trato de no llorar nunca. Hace como un año que no lloro.
—Y si te pego en el ojo y te lo pongo morado, ¿no lloras?
—¿Y por qué me vas a hacer eso si soy tu amigo?
—Bueno, es verdad.
Los dos se metieron los lápices en la boca y miraron el bombillo apagado y las
sombrasen las paredes y sintieron la cabeza hueca como una alcancía. Pedro se
acercó a Juan y le susurró en la oreja:
—¿Tú estás contra la dictadura?
Juan vigiló la posición del capitán y se inclinó hacia Pedro:
—Claro, pendejo.

La composición

7

Pedro se apartó un poco y le guiñó un ojo, sonriendo. Luego, haciendo como que
escribía, volvió a hablarle:
—Pero tú eres un niño... –¿Yeso qué importa?
—Mi mamá me dijo que los niños... –comenzó a decir Pedro.
—Siempre dicen eso... A mi papá se lo llevaron preso al norte.
—Igual que al de Daniel.
—Ajá. Igualito.
Pedro miró la hoja en blanco y leyó lo que había escrito: “Lo que hace mi familia
por las noches”. Pedro Malbrán. Escuela Siria. Tercer Grado A.
—Juan, si me gano la medalla, la vendo para comprarme una pelota de fútbol
tamaño cinco de cuero blanco con parches negros. Pedro mojó la punta del lápiz
con un poco de saliva, suspiró hondo y arrancó:
“Cuando mi papá vuelve del trabajo...”.
Pasó una semana, se cayó de puro viejo un árbol de la plaza, el camión de la basura
estuvo cinco días sin pasar y las moscas tropezaban en los ojos de la gente, se casó
Gustavo Martínez de la casa de enfrente y repartieron así unos pedazos de torta a
los vecinos, volvió el jeep y se llevaron preso al profesor Manuel-Pedraza, el cura
no quiso decir misa el domingo, en el muro de la escuela apareció escrita la palabra
“resistencia”, Daniel volvió a jugar fútbol y metió un gol de chilena y otro de
palomita, subieron de precio los helados y Matilde Schepp, cuando cumplió nueve
años, le pidió a Pedro que le diera un beso en la boca.
—¡Estás loca! –le gritó Pedro.
Después que pasó esa semana, pasó todavía otra, y un día volvió al aula el militar
cargado de papeles, una bolsa de caramelos y un calendario con la foto de un
general.
—Mis queridos amiguitos –les dijo–. Sus composiciones han sido muy lindas y nos
han alegrado mucho a los militares y en nombre de mis colegas y del general
Perdomo debo felicitarlos muy sinceramente. La medalla de oro no recayó en este
curso, sino en otro, en algún otro. Pero para premiar sus simpáticos trabajitos, les
daré a cada uno un caramelo, la composición con una notita y este calendario con la
foto del prócer.
Pedro se comió el caramelo camino de su casa y esa noche, mientras cenaban, le
contó al papá:
—En la escuela nos mandaron a hacer una composición. Mmm.... ¿Sobre qué?
–preguntó el papá comiendo la sopa.
—“Lo que hace mi familia por las noches”.
El papá dejó caer la cuchara sobre el plato y saltó una gota de sopa sobre el mantel.
Miró a la mamá.

Antonio Skármeta

8
—¿Y tú qué escribiste, hijo? –preguntó la mamá.
Pedro se levantó de la mesa y fue a buscar entre sus cuadernos.
—¿Quieren que se las lea? El capitán me felicitó.
Y les mostró donde el capitán había escrito con tinta verde: “¡Bravo! ¡Te felicito!”
—El capitán... ¿qué capitán? –gritó el papá.
—El que nos mandó a hacer la composición.
Los papás se volvieron a mirar y Pedro empezó a leer:
—“Escuela Siria. Tercer Grado...”.
El papá lo interrumpió:
—Sí, está bien, pero lee directamente la composición, ¿quieres?
Y mientras los padres escuchaban con mucha atención, Pedro leyó:
—“Cuando mi papá vuelve del trabajo, yo voy a esperarlo al autobús. A veces, mi
mamá está en la casa y cuando llega mi papá le dice quiubo chico, cómo te fue hoy.
Bien le dice mi papá y a ti cómo te fue, aquí estamos le dice mi mamá. Entonces yo
salgo a jugar fútbol y me gusta meter goles de cabecita. Después viene mi mamá y
me dice ya Pedrito venga a comer y luego nos sentamos a la mesa y yo siempre me
como todo menos la sopa que no me gusta. Después todas las noches mi papá y mi
mamá se sientan en el sillón y juegan ajedrez y yo termino la tarea. Y ellos siguen
jugando ajedrez hasta que es la hora de irse a dormir. Y después, después no puedo
contar porque me quedo dormido.
Firmado: Pedro Malbrán. Nota: si me dan un premio por la composición ojalá sea
una pelota de fútbol, pero no de plástico.”
Levantó la mirada y se dio cuenta de que sus padres estaban sonriendo.
—Bueno —dijo el papá—, habrá que comprar un ajedrez, por si las moscas.

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           La Planta de Bartolo. Laura Devetach